domingo, 2 de noviembre de 2008

Presentación

Ayudar, servir, asistir, salvar, sinonimos del mismo gesto que encuentran su maxima expresión en el "RESCATE"

Sacar a alguien de un apuro, extraerlo de la zona de peligro y llevarlo a mejor puerto. Son premisas asociadas comunmente a esta palabra y con las que muchos hemos soñado y fantaseado en más de una ocasión.

Aqui en Rosario, luego de multiples experiencias en urgencias de toda indolé, decidí que era momento de dejar la fantasía y volverla realidad.

De la nada, con nada más que una promesa de trabajo pesado, poca probabilidad de exito y cero remuneración economica, me aventuré a formar un equipo de personas, que al igual que yo, tuviesen ese inexplicable anhelo de ayudar.

Con los años aprendí que sin ese fuego interno no es posible perdurar en esta especialidad y mucho menos tener exito.

Por eso, mi busqueda fue muy dura y exhaustiva.

Las sirenas y las luces brillantes siempre convocan mucha gente, pero yo no necesitaba a aquellos que se acercan a mirar el accidente, sino aquellos que, por ayudar, se alejan para no estorbar.

No me interesaba si tenian antecedentes, si eran maestros paramedicos de Nueva York o si nunca habian visto un guante descartable en su vida, solo necesitaba gente con deseo y solidaridad, confiando por completo en la certera frase de Tolkien:

"Donde hay voluntad hay un camino..."

Por mail realice una cadena, que invitaba de esta forma:

El objetivo de este mail es reunir y nuclear a todas aquellas personas que posean el deseo, la voluntad, la solidaridad y todo aquello necesario para ayudar a aquellos caídos en desgracia, nada más y nada menos que en el momento más trágico y dramático...

“la emergencia”.

Y así ocurrío que, de veinte voluntarios que se acercaron al proyecto, quedaron diez y de diez luego cinco hasta quedar en los cuatro que hoy conformamos el equipo.

Solo yo, de los que conforman actualmente la unidad tiene experiencia real en rescate, y aún así, rara vez he encontrado gente con tanta voluntad y tesón.

Mi gente se ha arrojado a aprender una tarea peligrosa, totalmente desconocida para ellos, sin remuneración economica alguna (de hecho, nosotros invertimos nuestro propio dinero en el equipo).

Sin garantía alguna de que alguna vez podamos salir a una emergencia y si, con la total seguridad de que seria un camino incierto, dificil y atestado de obstaculos.

Pero el tiempo me ha dado la razón, voluntad es lo que sobra y nos hemos abierto camino. Eso, muy a pesar de que los integrantes del equipo venimos de distintos ambitos y cursamos distintos estudios.

Es por todo esto que cuento que, hoy por hoy, a siete meses de aquel domingo 13 de abril, cuando hicimos la primer reunión, las rescatistas voluntarias pasaron del desconocimiento total de los signos vitales a poseer el conocimiento y la habilidad de poder atender, estabilizar e inmovilizar eficazmente a cualquier paciente.

Hemos avanzado y nos hemos consolidado fuertemente como compañeros, como equipo y como amigos.

En este espacio presentaremos de ahora en más nuestros retos, desafios e intervenciones (si es que ocurren) como un homenaje a la voluntad del hombre por mejorar día a día.

A la vez queremos brindar un espacio de consulta en el que todo aquel interesado pueda enriquecerse y enriquecernos.

Guillermo

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